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Primer Producción

Ensayo: ENFOQUES DE LA ENSEÑANZA

Integrantes: Arreguez, María Victoria
          Molina, Laura Roxana

INTRODUCCIÓN

 

Gary Fenstermacher y Jonas Soltis se inspiran en perspectivas clásicas y contemporáneas para describir tres enfoques básicos de la enseñanza: el del ejecutivo, el del terapeuta y el del liberador e investigan los lados fuertes y débiles de cada uno de ellos.

Tras posicionarse, brevemente de lo que significa educar y precisar una fórmula sencilla para comprender las relaciones de los procesos de enseñanza-aprendizaje, definen lo que para ellos significa el término enfoque desarrollando en profundidad cada uno de los mismos, dejando abierta la posibilidad al docente de elegir cualquiera de estos tres enfoques y posicionarse como tal.

Se suman a esta investigación diversos autores que desarrollaremos a lo largo de este ensayo. Si bien muchos de ellos se muestran a favor de determinados enfoques también resaltan los puntos débiles de éstos y proponen sus diferentes puntos de vistas.

Nos proponemos a partir del análisis de estas posturas descubrir sus fortalezas y debilidades y la posibilidad de posicionarnos o no en alguna de ellas.

 

 

 

ENFOQUE DEL EJECUTIVO

Gary Fenstesmacher y Jonas Soltis proponen un enfoque denominado Ejecutivo, en el cual el docente (D) es el conductor de la clase que a través de habilidades que incluyen técnicas como el manejo del tiempo, la adecuación de los contenidos enseñados a lo que se mide posteriormente en los exámenes así como también el ofrecimiento de suficientes oportunidades para aprender (f) a cada uno de los estudiantes, (E) tiene como propósito (y) el que cada alumno pueda adquirir y retener conocimiento específico (datos, conceptos, habilidades e ideas) tal como se imparte a lo largo de la clase (x).

Pero el tiempo empleado en el trabajo académico no es el único aspecto en el que insiste esta mirada. Otros tres elementos que ejercen influencia primordial son:

1. Las indicaciones: el docente los utiliza para alertar a sus alumnos sobre lo que hay que aprender y el modo de alcanzar ese aprendizaje

2. La retroalimentación evaluativa: los docentes corrigen rápidamente los errores tanto de las tareas escritas como de las orales.

3. El reesfuerzo: desde una sonrisa, hasta observaciones positivas o recompensas aún más tangibles.

Otro aspecto del enfoque ejecutivo se conoce como oportunidad de aprender, esto es, dar a los estudiantes la posibilidad de aprender. Sucede a veces, que los docentes entusiasmados con la complejidad y la profundidad de ciertos temas, se alejan del alcance de muchos de sus alumnos, limitando las oportunidades de aprendizaje.

Todos estos rasgos del enfoque del ejecutivo tienen una faceta interesante en tanto le confieren un importante valor al aprendizaje. Aunque podría objetarse que el educador se parece al gerente de una línea de producción ubicándose por fuera del proceso, regulando contenidos y actividades, pasando por alto factores como la motivación individual o las características particulares de cada alumno.

También parece haber una estrecha relación entre los formatos escolares más habituales (cursos numerosos, exámenes regulares, informes de calificaciones, sistemas de acreditación y nivelación, etc.) y éste enfoque. De manera tal que la eficiencia del ejecutivo no parece deberse a una necesidad de la práctica de la enseñanza en sí misma sino más bien una demanda del dispositivo de enseñanza colectiva. En efecto, un enfoque de este tipo, no parecería necesario en un sistema tutorial.

Este enfoque podría ubicarse en el marco filosófico del positivismo y en la línea psicológica del conductismo en tanto mide los resultados del proceso de aprendizaje en términos de resultados/productos.

El acento se pone entre lo que el docente hace y el estudiante aprende, la eficiencia que se mide a través de los resultados obtenidos por parte de los estudiantes. El proceso es la actividad del docente, mientras que el producto es el dominio que alcanza el estudiante respecto a lo que se le ha enseñado. Desde este enfoque, ser una persona educada es aquella que demuestra objetivamente que ha adquirido una serie de saberes específicos.

Se critica de este enfoque que el educador se parece a un gerente de una línea de producción: los estudiantes entran a la fábrica como materia prima y de algún modo se los "ensambla" en forma de personas (se ganan su tarjeta de Persona Educada adquiriendo con éxito el conocimiento específico impartido en el colegio. El profesor no está "dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, sino que se sitúa "fuera", desde donde regula el contenido y las actividades del alumno.

Adherimos a esta crítica, ya que pensamos que el educador debería involucrarse en el proceso educativo y no estar fuera de él.

 

Por otro parte, C. B. Chadwick propone una relación entre la Tecnología Educacional (aplicación del pensamiento sistemático al ambiente educacional) y el enfoque de sistema. Los educadores deben caracterizar, describir y representar las escuelas como sistemas, y en seguida proceder a utilizar las técnicas (o procedimientos, destrezas y conjuntos de información) que sean más sistemáticas, científicas y objetivas, ordenadas de manera lógica para mejorar el desempeño y funcionamiento de las escuelas.

Un sistema es la combinación ordenada de partes, que aunque trabajen de manera independiente, se interrelacionan e interactúan, y por medio del esfuerzo colectivo y dirigido, constituyen un todo racional, funcional y organizado que actúa con el fin de alcanzar metas de desempeño previamente definidas. La definición incluye los conceptos de estructura, integridad, de interrelación de las partes y de la relación de éstas con el todo. Para analizar el ámbito educacional como sistema se identifican seis partes fundamentales que son:

 

Ø Estructura: es el ordenamiento físico y tridimensional de todos sus distintos subsistemas, componentes, elementos, miembros y partes, la relación del personal y del estudiantado con la estructura física.

Ø Proceso: son los elementos de acción o la modificación a lo largo del tiempo en los aspectos informáticos y energéticos de un sistema, todo lo que ingresa en el sistema se transforma en sus resultados o productos.

Ø Entradas: todo lo que el sistema extrae del ambiente para transformar en resultados o para contribuir al proceso de transformación es entrada. En el caso del sistema escolar, las entradas incluyen los recursos humanos y no humanos (alumnos, materiales, etc.). Las entradas también incluyen los objetivos educacionales de la escuela, las políticas relacionadas con ella, las exigencias regionales, los deseos y necesidades de la sociedad y de los alumnos que ingresan en el sistema.

Ø Productos o egresos: La salida es el producto del sistema. En el campo de la educación, el producto es el estudiante que aprendió, que tiene nuevos conocimientos, etc. Hay diversas formas de salidas y, para los fines de este análisis, se pueden sugerir 3: Las salidas primarias intencionales que son los objetivos fundamentales del sistema, las salidas secundarias intencionales son aquellas relacionadas con las salidas primarias pero sin ser tan importantes y las salidas no intencionales que son imprevistas y pueden ser beneficiosas o no.

Ø Ambiente y realimentación: el ambiente es el lugar de donde provienen las entradas y adonde van a ir las salidas. En el caso del sistema escolar, el ambiente es la comunidad o sociedad dentro de las cuales existe la escuela. Si el sistema se define como sistema educacional nacional, entonces el ambiente es el social nacional, es decir, sus otros componentes son los aspectos económicos, políticos, religiosos y filosóficos del sistema dentro del cual funciona. Retroalimentación, es el proceso mediante el cual ingresa información acerca del desempeño o los resultados del sistema, compara esa información con los objetivos establecidos y la cantidad de entradas suministradas, y la comunica a los diseñadores o agentes responsables del sistema. Uno de los principales problemas del sistema educacional es que no hay mecanismo claramente definido de realimentación, de modo que las salidas del sistema no se evalúan cuidadosamente y la información acerca de su eficacia en la sociedad no vuelve al sistema con la rapidez suficiente para que el sistema pueda modificarse.

 

La aplicación de este enfoque debería posibilitar el mejoramiento de los juicios de dirección y de política dentro de los sistemas escolares, mediante la comparación del desempeño con los planes y expectativas.

 

 

ENFOQUE DEL TERAPEUTA

Fenstermacher y Soltis proponen el enfoque del terapeuta en el cual el propósito de enseñar es el de capacitar al estudiante para que se convierta en un ser humano auténtico, una persona capaz de asumir la responsabilidad por lo que es y por lo que tiende a ser, una persona capaz de tomar decisiones que defina su carácter como desea que sea definido. Para el docente que adopta la perspectiva del terapeuta, la autenticidad del estudiante no se cultiva adquiriendo un conocimiento remoto que no se relacione con la búsqueda de la significación y la identidad personales. Llenar la cabeza del alumno con un conocimiento específico seleccionado, empaquetado y transmitido por otros sólo lo induce a que se abstenga de comprenderse como ser humano.

 

El docente que adopta este enfoque acepta la responsabilidad de ayudar al alumno a hacer la elección de adquirir conocimientos de cierto tipo y apoyarlo para adquirir ese saber y utilizarlo para afirmar su personalidad.

 

La tarjeta de Persona Educada de acuerdo con el enfoque terapéutico de la enseñanza se obtiene cuando la persona es un ser humano auténtico. Ser auténtico significa ser genuino (no falso ni engañoso, especialmente con uno mismo), tomar seriamente la libertad, comprender que uno tiene que tomar decisiones sobre quien y qué es aceptar la responsabilidad de tomar esas decisiones y afrontar sus consecuencias.

 

Docente y alumno se unen con el fin que el estudiante adquiera un conocimiento y unas habilidades específicas. Cuando el alumno logra dominar con cierto grado de competencia (determinada a menudo por el puntaje obtenido en los exámenes) el conocimiento y las habilidades específicos, se los premia con su tarjeta de Persona Educada.

 

En contraste con el positivismo, la filosofía que alberga a la psicología humanista es el existencialismo. Los existencialistas defienden que la existencia precede a la esencia; simplemente somos, antes de ser algo en particular. Llegamos a ser algo cuando enfrentamos el mundo y nos abrimos paso por él. Si eludimos estas elecciones y sus consecuencias, en realidad eludimos la esencia del ser humano: nuestra libertad.

 

Pensamos que el docente que adopta el enfoque del terapeuta procura alcanzar los objetivos de la auto realización y la autenticidad que son completamente compatibles entre sí, en la medida que se esfuerza por promover la formación de estudiantes con personalidades saludables, capaces de planificar, elegir y actuar de modos que contribuyan a su crecimiento educativo y a su desarrollo personal.

 

Rogers hace sus aportes a este enfoque señalando la diferencia entre enseñanza y aprendizaje.

 

En la enseñanza la tarea fundamental del maestro es permitir al alumno que aprenda, despertarle curiosidad. La mera absorción de información es de escaso valor para la actualidad y por lo común de menos todavía para el futuro. La tarea del maestro es delicada y exigente, una vocación en verdad elevada. Cuando la docencia es auténtica no hay lugar en ella para el autoritarismo ni para la individualidad egocéntrica.

 

En el aprendizaje, Rogers basa su opinión de la enseñanza en la importancia de lo que llama el "aprendizaje vivencial". Este es un aprendizaje cargado de compromiso personal; la persona en su conjunto participa del aprendizaje en lugar de absorber pasivamente lo que el docente ofrece. El aprendizaje se inicia a sí mismo. Es global; influye en cada aspecto del ser del alumno. El propio alumno lo evalúa y no el profesor o el examen.

 

Un aprendizaje de este tipo no puede ser controlado por el docente. El alumno debe involucrarse libremente en él. El docente sólo puede guiar, sugerir, alentar y quizás prevenir. En el rol de guía o facilitador, el docente debe ser una verdadera persona en su relación con sus estudiantes. Puede ser entusiasta, puede estar aburrido, puede interesarse en los estudiantes, puede estar enojado, ser sensible y simpático. Porque acepta esos sentimientos como propios, no tiene necesidad de imponérselos a sus alumnos.

Este enfoque sigue la línea psicológica humanista la cual está basada en la libertad, la elección, el crecimiento personal y el desarrollo de la salud emocional y mental.

Tanto los autores como nosotras, pensamos que la educación contribuye de manera significativa a alcanzar esos objetivos, pero no mediante los mecanismos tradicionales de empaquetar el contenido de una disciplina en particular para entregárselos a los alumnos como hace referencia el enfoque Ejecutivo. Es necesario ayudar al estudiante a lograr su propia realización.

ENFOQUE DEL LIBERADOR

En un tercer enfoque denominado del liberador, Fenstermacher y Soltis, asumen que nadie puede adueñarse de la naturaleza del conocimiento si no participa de un ambiente especializado que tenga algunos rasgos de las comunidades donde el conocimiento se produce. En este enfoque no cualquier estrategia de enseñanza resulta apropiada. Son necesarias estrategias en las que la construcción de conocimientos se pone en evidencia y permite participar en ella. Son estrategias orientadas al descubrimiento.

 

La vertiente cognitiva del enfoque del liberador es muy exigente porque hay tres cuestiones que deben asegurarse en un aula de estas características. La primera es que trabajar con el conocimiento implica una manera específica de ser. El profesor no puede solo "decir" el conocimiento.

 

Este enfoque también procura que el alumno llegue a convertirse en algo. No en lo que el alumno quiera, sino a que adquiera este tipo de personalidad de la persona liberal e ilustrada: racionalidad, autonomía y desarrollo cooperativo de la propia individualidad. Si el enfoque es exigente, es porque el profesor debe ser el modelo de esto. Es imposible que se llegue a eso sin contar con un modelo apropiado, porque no se trata de que las personas desarrollen libremente sus potencialidades.

 

Se trata de que las personas se conviertan en algo que ya es un modelo cultural.

 

En este sentido, el enfoque liberador trata de dotar al sujeto con lenguajes que permitan una mejor relación con el mundo y los demás, que permita un mejor encuentro de mentes, que funcionen pragmáticamente y permitan más diferencia, más libertad y más comunalidad.

 

A partir de lo desarrollado anteriormente, opinamos que el profesor que elige el enfoque del liberador, él mismo debe ser un modelo de libertad mental, un modelo de autonomía, y de intento de emancipación.

Apple examina críticamente las tendencias empresariales y conservadoras en política y práctica educacional, tanto en su impacto histórico como en el inmediato. Estas tendencias tienen profundas consecuencias en la modalidad del trabajo del maestro, en la clase de conocimiento que se considera más importante que los estudiantes aprendan y en quién toma las decisiones relativas a estas cuestiones.

Se enfoca también en los cambios de contenido y control en el marco de la estructura de las relaciones sociales de clase y de sexo. Rastrea cómo la enseñanza llegó a ser "trabajo de mujeres" y muestra la relación que con esa larga historia tienen los continuados intentos actuales por obtener el control de la enseñanza. Este autor examina la historia y el status actual del control de la enseñanza, que vincula a los cambios que se han producido en la división sexual del trabajo a lo largo del tiempo y a la dinámica económica y de sexo así como también, el proceso por el cual los currículos llegan a los profesores. Se centra en la economía política de los libros de texto, en recientes informes y propuestas norteamericanas para reorganizar la escolaridad alrededor del conocimiento de élite y las necesidades industriales, así como en el desarrollo de nueva tecnología en las escuelas.

Para este teórico, el objetivo de la educación es elevar la conciencia crítica de los oprimidos de modo que puedan liberarse de una vida dominada por otros.

 

En oposición a lo corporativo de todo el ámbito educacional, los educadores vanguardistas necesitan definir la educación superior como un recurso vital para la vida democrática y cívica de la nación.

 

Las escuelas constituyen uno de los pocos espacios públicos que quedan, donde los estudiantes pueden aprender habilidades para la participación ciudadana y acción política efectiva. Y, donde no existen tales instituciones tampoco hay "ciudadanía".

 

La educación pública y superior pueden ser uno de los pocos lugares que queden donde los estudiantes pueden aprender acerca de los límites de los valores comerciales, lo que quiere decir aprender las destrezas de la ciudadanía social y la forma de profundizar y expandir las posibilidades de representación colectiva y de la vida democrática.

 

Es decir, necesitan definir la educación superior como un recurso vital de la vida moral de la nación, abiertos a los trabajadores y comunidades cuyos recursos, conocimientos y siempre han sido visualizados como marginales.

Aquí está en juego más que el hecho de reconocer los límites y costos sociales de una filosofía neoliberal, que reduce todas las relaciones al intercambio de bienes y dinero, está también la responsabilidad que tienen los intelectuales críticos y otros activistas de volver a pensar en la naturaleza del público. Existe también una necesidad de dirigir nuevas formas de ciudadanía social y de educación cívica que tengan un efecto en el diario vivir de la gente y en sus luchas expresadas a través de un amplio rango de instituciones.

Pensamos que el staff académico y otros tienen una enorme responsabilidad oponiéndose al neoliberalismo trayendo de vuelta la cultura política democrática al quehacer diario. En parte este papel sugiere resistir el ataque de las esferas públicas existentes tales como las escuelas, mientras se crean simultáneamente nuevos espacios en clubes, vecindades, librerías, colegios y otros espacios donde sean posibles el diálogo y los intercambios críticos.

También creemos que, simplemente invocando la relación entre la teoría y la práctica, la acción crítica y social no dará resultado.

Como no existe un lenguaje, formaciones sociales y esferas públicas lo que hagan operativo, la política se convierte en narcisista predisponiendo a un pesimismo de amplia expansión y a la atracción catártica del espectáculo. Se suma a esto, que el servicio público y la intervención del gobierno es mirada despectivamente, ya sea por burocrática o por restringir la libertad individual.


CONCLUSIÓN

Este ensayo nos proporcionó un marco amplio y rico en matices, en posibilidades, y en alternativas que nos ayudaron a entender la propuesta hecha en cada enfoque.

Cada vez que se lleva a cabo la elección de un enfoque (bien conducida, con garantías, con integridad y con honestidad) se propicia un tipo de enseñanza que quiere alcanzar unos propósitos, a través de unos contenidos que implican necesariamente una determinada manera de ser profesor y ser alumno y, al menos en teoría, facilitan un tipo de "ciudadano educado".

El mayor énfasis en el estudiante no lo hace a uno un docente terapeuta: uno debe concentrarse en el alumno con el propósito de ayudarlo a que llegue a ser una persona auténtica. El mayor énfasis en las aptitudes técnicas de la enseñanza no lo hace a uno un docente ejecutivo: uno debe además procurar que el estudiante adquiera efectivamente conocimiento. El mayor énfasis en el contenido no lo hace a uno liberador: además hay que procurar liberar la mente del estudiante de los límites de la experiencia cotidiana, de la inercia y la trivialidad de la convención y el estereotipo.

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